“Mira lo siento pero paso de salir.”
“Allá tú.”
Enciendes la play y al cabo de una hora, estás hasta el gorro de matar irakíes, así que la apagas. Te levantas y te lavas los dientes, pero apenas has acabado, llaman a la puerta. “¿Se habrá olvidado las llaves?”
Abres la puerta y ahí están dos chicas de veintypocos, o ni eso. Una morenita con unos ojos azules chulísimos y una chica más alta con un buen par de tetas.
“Hola vecino.” Dice la morenita, “Somos tus vecinas del B. Oye, ¿tienes limones? Es que nos hemos quedado sin limones para hacer los cubatas. Y si tienes cubitos, mejor que mejor.”
“Pues sí, me quedan limones pero no tengo cubitos. ¿Cuantos limones os hace falta?”
“Con dos o tres creo que nos vale.”
“Voy a por ellos.”
Las dejas ahí plantadas en el portal de tu piso y te vas hacia la cocina y escuchas un murmullo, “tenías razón, está muy bueno.” Llegas al frigo y rebuscas entra las pocas verduras sanas que quedan y encuentras dos limones, vuelves hacia las chicas.
“Solo me quedan dos, uno está un poco feo pero está bueno y tiene mucho zumo.”
“Muchas gracias. Oye, ¿sabes donde se puede pillar cubitos cerca a esta hora?.”
“¿No sois del barrio, verdad?”
“Qué va, llevamos aquí tres semanas, somos todas estudiantes y hemos organizado nuestra primera fiesta de piso.”
“Pues mira, si cruzas la plazoleta, hay un callejón a la derecha, ahí tienes un chino y estará abierto seguro. Y tiene cubitos y lo que haga falta.”
“Estupendo.”
“Pues que os lo paséis bien.”
De pronto, la tetona te pregunta: “¿Quieres venir a nuestra fiesta? Así empezaríamos a conocer a nuestros vecinos.” |