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Novato en la oficina | drakki | 8

 

Coges a Ana de la mano y te la llevas fuera del local y de la vista de los demás. Cuando llegas fuera, le tomas la cara con las dos manos, le miras a los ojos. Ella está asustada. Acercas tus labios a los suyos y le das un beso, le metes la lengua dentro de su boca y ella la deja entrar, al poco también comparte su lengua contigo. Cuando dejas de besarla, ella parece más relajada, le das la mano y os vais a dar un paseo. Camináis durante casi media hora, ella no dice nada, tú tampoco.

Entráis en una taberna irlandesa, pides dos pintas de Guinness y os sentáis en unos sillones cómodos que hay en el fondo. Esa zona está mal iluminada, bebéis unos sorbos de cerveza y empiezas a acariciarle la cara. Ella se estremece bajo tus caricias. Luego le besas las mejillas, el cuello, le muerdes el lóbulo de la oreja mientras con tu mano sigues acariciándole la otra mejilla. Ella suspira. Le desabrochas los tres primeros botones de la camisa de flores y metes tu mano dentro. Le agarras la teta a través del sujetador, ella pega un respingo, pero no dice nada ni te impide nada.

“¿Te gusta?”

“Sí.” Responde ella con un susurro.

Metes tu mano dentro del sujetador y le agarras el pezón. Ella se retuerce y pone una mueca de dolor. Pero no hace nada para impedirte que sigas haciéndole daño. Pinzas más fuerte su pezón y ella ahoga un grito.

“¿Te duele?”

“Mmmmm.”

Le retuerces más aún el pezón. Ana suelta un gritito.

“¿Te gusta?”

“Sí.” Exhala su afirmación al mismo tiempo que la sueltas. Sacas tu mano hacia fuera y la posas sobre su muslo. Te acercas a ella y te devora la boca con un beso apasionado, ahora es ella la que te acaricia la cara. Cuando separáis vuestras bocas, le coges la mano que te acariciaba y se la pones a su costado: “No me toques.” Le ordenas. Mientras, tu mano baja por entre sus muslos y acercas tus dedos hacia su sexo, sus piernas estaban un poco abiertas, así que no te cuesta llegar a agarrar sus partes con la mano llena, a través del pantalón. Empiezas a acariciarla y ella empieza a gemir de inmediato. La acaricias durante un buen rato, hasta que llegas a notar la humedad a través de la tela.
Sacas tu mano de entre sus muslos.

“Ponte de rodillas, bajo la mesa.”

Te mira con los ojos abiertos como platos, está indecisa, pero se desliza despacio bajo la mesa. Está a cuatro patas bajo la mesa y se acomoda para estar entre tus piernas. Pone sus manos sobre tus muslos para no caerse de bruces y su cara está a tan solo cinco centímetros de tu bragueta. Te mira a los ojos, esperando que le ordenes qué hacer. No tienes prisas y te recreas con la visión de una chica guapísima, de rodillas entre tus piernas, lista para lo que le digas en un local público, con gente que va y viene. Coges tu pinta de cerveza y le das un largo trago. La vuelves a posar sobre la mesa y te bajas la cremallera, con un poco de esfuerzo, sacas tu polla tiesa y la posas sobre la frente de Ana.

“Chupa.”

Ella echa su cabeza hacia atrás pero se da con la mesa, apenas puede moverse para lograr meterse la polla en la boca. Cuando lo logra, tiene que tragar casi media polla para estar “cómoda” y no golpearse el cogote. Ella intenta chupártela lo mejor posible, pero tiene muy poco espacio para lograrlo. Tras un ratillo de ahogarse con tu miembro, te mueves, te sientas más recto y ella tiene más espacio, pero para chuparte bien, su cabeza sobresale del escondite de la mesa, piensas que con la poca luz y su cabello oscuro, igual nadie se da cuenta. Ahora si que te la chupa bien. Le pones una mano encima para que se la trague más profundamente, a ella le da arcadas, pero se esfuerza en congratularte.

Su pelo oscuro no, pero tu mano sobre ella sí que atrae la atención de dos chicas que están frente a ti, cuchichean entre ellas y se ríen señalándote. Sabes que te han visto y lo que estáis haciendo, eso te pone a cien, pones las dos manos sobre la cabeza, le tiras del pelo hacia atrás y empiezas a follarle la boca. En menos de un minuto te corres dentro de su garganta. Ella se atraganta, intenta librarse pero no la dejas, tiene que tragar como sea y se pone a toser, con tu polla dentro de la boca. Cuando termina por calmarse, le sueltas la cabeza.

“Déjamelo limpio y recogido.”

Te chupa y lame la polla ya flácida, luego la mete dentro de los pantalones y cierra la cremallera, la ayudas a salir de debajo de la mesa y le das su cerveza para que beba. Le queda algo de semen en la barbilla, le pasas el dedo para quitárselo y le pones el dedo para que lo chupe, cosa que hace de buen grado. Cuando ella termina de beber, os levantáis y os marcháis. Cuando pasas por delante de las chicas, te paras con Ana cogida de la mano.

“Hola chicas. ¿Qué tal estáis?” Le preguntas con el tono más jovial posible.

“B.. Bien, bien.” Contestan ellas un poco sorprendidas, una de ellas algo vergonzosa, pero la otra más descarada.

“Espero no haberos incomodado.”

“No, que va. Ha sido bastante... gracioso, la verdad.”

Sales del bar con Ana y ella te pregunta: “¿Lo he hecho bien?”

“Estupendamente, cariño.”

 

Sigamos la fiesta.

 
 
 

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