Te tomas de un trago lo que te queda de cubata, estás ya un pelín tocado, pero estás lleno de fervor dentro y no puedes dejar de intentarlo. Te acercas a Yéssica y le preguntas si quiere bailar. Te dice que sí con una magnifica sonrisa, por lo visto has dado en el clavo.
Ella baila muy bien, tu no es que eres una escoba, pero el día que repartieron la gracia, se ve que no llegaste a tiempo. Yéssica se mueve como una culebra, baila y sigue bailando. A momentos bailando para si misma, otras bailando para ti, mirándote a los ojos con fervor, se te acerca y se restriega a ti, pasando su culito por tus partes, cogiéndote los brazos para que la abraces y bailéis pegaditos.
Lleváis ya una hora larga bailando, tú estás sudando como un cerdo de tanto bailoteo, ella está fresca como una rosa, le dices que necesitas un tiempo muerto, ella se ríe y os vais a la barra a tomar algo. Ella te pide un botellín de agua para que te recuperes.
“Bailas muy bien.” Te dice.
“¿Que yo bailo bien? ¡Tú si que bailas bien! Yo parezco un tronco y tú debes ser más peligrosa que Salomé.”
“No, en serio, la mayoría de los tíos no bailan la mitad que tú, ha sido todo un gusto bailar juntos. Y me gusta que me compares con Salomé.” Te dice haciéndose la pícara.
“Sí, Salomé tuvo que ser una buena pieza. ¿te gusta bailar verdad?”
“Sí, llevo desde los seis años bailando en una academia.”
“¿Y que bailas?”
“De todo, se me da muy bien el clásico, el flamenco, el baile de salón, la salsa.”
Y se acerca a tu oído: “Pero se me da mejor el sexo oral.” Y te guiña un ojo con una sonrisita perversa. Te envalentonas y le preguntas.
“No sé si creerte, tendrás que hacerme una demostración.”
Te sonríe y te dice: “Claro que sí, ya verás como no te engaño.” Te da un beso en los labios, te coge de la mano y te lleva hacia los aseos. “Y querrás repetir.”
Entráis en el primer aseo que queda libre y empezáis a comeros a besos.
Se pone de cuclillas, te saca la polla de los pantalones , te la coge aún blanda con las dos manos y sin mediar palabras, se la mete entera en la boca y empieza a chuparla con suavidad y dedicación. No se la saca hasta que no está totalmente dura, le pega varios lengüetazos y se la vuelve a meter. Empieza a follarte con la boca y con las dos manos. Al ritmo que va, vas a durar ni medio minuto. “Para, para por favor.” “Lo estoy haciendo mal.” “Noooo, demasiado bien.”
Te sonríe, sigue chupandotela despacio haciendo todo el recorrido que puede pero sin ayudarse de las manos, estas las tiene ocupadas tocándote el vientre bajo tu camisa, acariciando tus piernas, sobandote las nalgas. Empieza a lamerte la polla y a besarla sin ayudarse de las manos, a mordisquearte la punta del pene, mirándote a los ojos. La cosa sigue pero de pronto te coge por los huevos con una mano, atrapa el glande con otra y empieza a recorrer su lengua por toda la base de la polla, desde los huevos hasta el glande, con grandes lametazos hacia arriba y hacia abajo.
“¡Que me corro!”
No la pillas por sorpresa y se mete la polla rauda en la boca y empieza a masturbarte con fuerza, la sensación de correrte en su boca es indescriptible, no para de menearte la polla hasta que termines de correrte, se la saca de su boca, te sonríe, abre su boca otra vez y puedes ver que está llena de tu semen. Te sonríe y se lo traga todo, vuelve a abrir la boca a tope y saca la lengua haciendo “aaaaah” y sin que te lo esperes, se mete tu polla hasta el fondo de su garganta agarrandote fuerte, oyes como se atraganta pero sigue empujando hasta que logra tragarla entera. Cuando por fin se lo saca con un par de arcadas, te sonríe y te dice: “Esto sí que es una buena polla, amigo.”
“Ahora sí que te creo, eres increíblemente fantástica.” Y ella se pone colorada de vergüenza. |