El hecho de pensar que ese viejo va a estar en la misma habitación que tú y en pelotas....
No te fías un pelo, tu jefa dejaría que te dieran por culo diez negros por tal de conseguir un contrato y el viejo te da muy mala espina. Desde luego, siempre has soñado con estar en una orgía, pero no de esta forma ni manera, sin conocer a nadie y sin saber lo que va a pasar.
Rosa ve lo nervioso que estás y te dice: “Tranquilo, vete para casa, tú te lo pierdes.”
“Yo... Yo... Haría de todo por ayudarla jefa, pero esto.... No sé... Me parece muy fuerte.”
Ella te quita el maletín de las manos, se da la vuelta y se va hacia el ascensor diciéndote adiós con la otra mano sin volverse. Entra en el ascensor y se va con la pareja hacia la suite. Sigues dándole vueltas en la cabeza al asunto, pero al final decides irte. “Será zorra la tía.”
Recoges tu paquete de recepción y decides irte a casa andando, a ver si el paseo te espabila, tardas más de una hora en llegar a casa pero no logras dejar de pensar en todo esto. Sabes que por un lado la has cagado, pero por otro estás seguro que has hecho lo correcto. Llegas a casa, saludas a tu compañero de piso, te cambias y te pones algo más cómodo, vas a la cocina y te pillas una cerveza. Vas al salón y te sientas en el sillón, Pedro está jugando a la play.
“¿Has visto un fantasma o qué?”
Le explicas con pelos y señales todo lo que ha ocurrido hoy y él se queda boquiabierto.
“¿Y porqué no has subido?”
“¿Pero tú has escuchado lo que te he dicho?”
“No. Me he quedado en jefa buenorra, secretaria buenorra, subir a una suite y tú echarte para atrás.”
“¿Y del viejo qué me dices?”
“¡Al viejo que le den por culo! ¡Si hasta tu jefa te ha dicho que le gustabas a la secretaria!”
“¡Pero si mi jefa es de la que menos me fío! Es una encantadora de serpientes, ¡seguro que me hubiera convencido para que me pusiera en pompa! Y el viejo me daba mucho asco, no sé como se pueden acostar con eso.”
“¿Porque tiene mucha pasta?”
“Me da igual, yo no soy un puto. Ni me vendo por cuatro perras...”
“Así os va de bien a los idealistas...”
“Mira, que te den.”
Y te vas a tu habitación. No sales de allí hasta el domingo por la mañana, con un hambre de ogro. Desayunas solo y te vuelves a tu habitación. No sales de ahí hasta la comida, comes con tu compañero de piso, es un día raro, el te habla de Laura y de lo bien que se lo pasó anoche mientras jugáis a la play. Pasa el día, cenáis, te duchas, veis una peli en la tele y os acostáis, mañana hay trabajo.
No sabes lo que va a pasar. |