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Novato en la oficina | drakki | 6

 

Os acercáis a la mesa, él es un tipo viejo y barrigón, canoso, el pelo engominado hacia atrás, lleva perilla bien recortada, rayban de oro, ropa cara y un aire de superioridad que da asco. Ella es una mujer de la misma edad que tu jefa, morena con melena ondeante, bonita de cara, cuerpo de guitarra como el de tu jefa, pero un poco más bajita y con más tetas. El viejo se llama José Antonio y ella Mariví. Hacéis las presentaciones, os sentáis en la mesa y os tomáis un aperitivo, tomáis Martini blanco, unas olivas y almendras.

La primera media hora tu jefa y el viejo cacarean sobre tonterías pero de pronto se ponen a hablar de negocios. Rosa ha sido la que ha iniciado los negocios y lo ha hecho de una manera tan “suave” que debes reconocer que es una artista, "Manipuladora cabrona". Mariví te pregunta algunas cosas banales y le contestas lo mejor que sabes intentando ser encantador y sin ponerte nervioso. Cuando los negocios empiezan a atascarse, Rosa deja caer sin quererlo de ir a comer y cambia la conversación de nuevo, es como una encantadora de serpientes, maneja a la gente a su antojo.

La comida esta buenísima. No tienes ni idea de lo que estás comiendo, son doce platos de sabores distintos y exquisitos, platos de tan solo dos o tres bocados, pero al final estás lleno y el vino estaba delicioso. Notas que se te ha subido a la cabeza, han sido dos botellas y te has bebido varias copas y estás casi seguro que tu jefa y Mariví apenas lo han catado. El viejo tiene la cara colorada y no estabas muy atento, pero están hablando de negocios y parece que ya entra en razones, el vino está facilitando el trabajo a tu jefa. En lugar de café, el viejo se pide un coñac y seguro que de los buenos. Te pides un cortado como tu jefa y Mariví un solo americano. No sabías lo que era pero resulta que es un solo normal, pero con bastante más agua, que cosas...

El acuerdo está cerrado verbalmente, solo falta firmarlo.

“Me encanta hacer negocios contigo, Rosa, sabes lo que quieres y sabes como conseguirlo, me gusta recordar nuestro último contrato, fue muy provechoso y ...”

“Yo también lo recuerdo, fue una gran experiencia. Y un muy buen recuerdo.”

“Podríamos experimentarlo de nuevo antes de firmar el contrato.”

“Estaba deseando que dijeras eso.”

“¿Lo de experimentar o firmar el contrato?”

“¿Tú que crees?”

“¿En la suite?”

“Claro.”

Y todos se levantan, tú también, pero no te has enterado de nada de esta última conversación. El viejo y su secretaria se dirigen hacia el ascensor principal y tu jefa se queda rezagada y espera a que estés a su altura. “¿Sabes lo que va a pasar ahora?”

“No.”

“Es un viejo muy verde.” La miras entendiendolo todo y estás más pálido que nunca, ella se ríe y te tranquiliza: “Tranquilo, a él solo le gusta las mujeres, pero a ella le gustas tú. ¿Subes o te vas? Me da igual lo que decidas, pero no me hagas perder el tiempo.”

 

¿Qué haces?


          Subes.

          Te vas.

 
 
 

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