De camino a casa, paras para hacer la compra. Vas a intentar hacer esa receta de salmón al horno que hace tu madre. Te sientes bastante mejor, tu jefa te ha dicho que eres bueno, es el primer cumplido que te han hecho como trabajador, eso se merece un homenaje.
Llegas a casa y tu compañero de piso está en pijama tirado en el sofá, agarrado a una cerveza.
“¿Qué tal estás?”
“Joder. Menuda moña me pillé ayer, la cabrona de Laura pasó de mi porque iba pedo, espero que esta noche no me suba tanto el alcohol y me la folle. De esta noche no pasa. ¿Y tú de donde coño vienes trajeado?”
“De la oficina, haciendo un dossier para mi jefa. ¿Y sabes qué? ¡Me ha felicitado!”
“¿No jodas? La buenorra cobrona?”
“¡Síííí! Y tendrías que haberle visto el escote que llevaba, uuuuffffff. No se me va de la cabeza.”
La conversación se anima y os tomáis unas cervezas y lo más increíble es que la receta te ha salido bien a la primera, eso sí, has tenido que llamar a tu madre dos veces para que te explicara como hacerlo.
Después de una buena comilona regada con un buen vino, regalo de tu padre, os ventiláis más de media botella de licor de hierbas para facilitar la digestión. La vida por fin te sonríe: “Esta noche salgo de caza. Sí señor.”
Os acicaláis y salís a partir la pana, pasáis por una farmacia y compras condones. Llegáis al garito y allí están los colegas, os tomáis una copa y pronto llegan las chicas. Laura tiene pinta de guarrilla, su amiga Ana es más bonita, pero tiene pinta de estúpida. También ha venido una tal Carmen y otra que se llama Yéssica. Después de las presentaciones y charla sin fuste ninguno, te acercas a la barra a pedirte otra copa, y Ana te dice que le pidas un ron-cola. Cuando regresas con las dos bebidas, se lo das y te da las gracias con una sonrisa. La verdad es que está muy buena, pelo largo y lacio castaño claro, bonita de cara, cuello de cisne, delgada, no llega al metro setenta y dos tetas dignas de su nombre, lleva un pantalón largo negro, una camisa con flores y un chaleco a juego con el pantalón.
Van pasando las horas, los garitos y las copas.
Definitivamente, Ana es gilipollas, que sí, que es la más buena del grupo, pero menuda estúpida, da ganas de tirarle una copa encima o de meterle una polla por el culo a ver si le parece igual, te quedas con las ganas de decirle cuatro verdades. Yéssica va a su bola, va de aquí para allá, no se queda quieta en ningún sitio. Es simpática, rubita, poco pecho, algo flaca y una nariz un pelín rara, pero está para follarla, si se quedara quieta, a lo mejor podrías hablar con ella. Carmen es bajita, tetas grandes, piernas cortas, culo gordo, pelo rizado pero tiene menos conversación que una escoba, solo sabe sonreír. |